Presidente del TC: Labor de congresistas puede ser perfectamente apoyada por gestores
Comentó que esto es parte de la labor congresal. Lo normal, agregó, es que el congresista se ocupe en Lima de los proyectos de ley e iniciativas, y tenga un personal que se traslade a las circunscripciones que lo requieren y demandan la atención directa del Estado.
¿Y por qué el Congreso puede hacerlo?, se preguntó. “El Congreso puede hacerlo en procura de mejorar su propia imagen. No puede haber un Estado de Derecho mientras que el Congreso tenga los límites de aceptación tan bajos y la gente desconozca para qué sirve el Congreso”, respondió a renglón seguido.
La idea que tiene el pleno del Congreso actual y lo viene implementando de forma perfectibles, - sugirió el presidente del TC– es enviar gente que conozca de su labor y salga a solucionar conflictos e intermediar intereses de tal forma que el congresista, cuando vaya a ser uso de su labor de representación, tengan la documentación e informes adecuados para lograr concretarlos y no solo escuchar sus problemas.
Álvarez Miranda recordó que las anteriores Oficinas Descentralizadas del Congreso no tuvieron mucho éxito porque lo único que hacían era ver los casos que estaban en el Poder Judicial de muchas personas que hacían colas, o tratar de solucionar problemas de índole laboral.
Frente a estos hechos “y más allá de acudir a las zonas más pobres del país”, el titular del Tribunal Constitucional dijo que en el país hay conflictos sociales y problemas no resueltos, “y el Congreso sí puede facilitar el manejo de aquellos grupos en conflictos premunido de información necesaria para solucionarlos”.
“Esto no viola la Constitución Política. Lo terrible sería que el Estado, para mejorar su imagen, anule este programa que ha sido directamente diseñado, y lo que se necesita es el apoyo de la mayoría y de las minorías para tratar, paulatinamente, de mejorar las líneas de conducta, las actitudes y la forma en que canaliza información en beneficio de casos concretos”.
Resumió su posición de apoyo a esta labor de gestión, señalando que parte de la tarea del Congreso es defender su labor de gestión y legitimarlo ante la opinión pública. De lo contrario permaneceríamos en el siglo XIX. En una sociedad moderna no basta con que se den buenas leyes, sino contactarse directamente con la sociedad y estableciendo directivas claras.
Fuente: [congreso]
