La esperanza puede ser una fuerza muy poderosa
En estos tiempos difíciles que ha llevado a la humanidad a revisar su existencia y presencia en este mundo que compartimos día a día y que ha caído en un estado de insospechadas consecuencias dramáticas de las que aún no salimos, nos lleva, a los que formamos parte del Instituto Nacional Penitenciario a nuevos retos profesionales para enfrentar la agresividad de la pandemia covid-19 y sus efectos colaterales, pese a las dificultades y falencias expuestas.
Dentro de ello, las restricciones y precauciones propias de la emergencia para evitar el contagio masivo, nos ha obligado a limitar actividades programadas como los pilares de educación y trabajo, terapias multidisciplinarias, además de las visitas familiares, afectando el normal desarrollo del trabajo resocializador.
Es ahí, donde llega la solidaridad entre los albergados privados de libertad realizando labores conjuntas tomando las medidas sanitarias pertinentes con la finalidad de preservar la integridad física y mental, contando con el apoyo del personal penitenciario e instituciones públicas y privadas, a fin de abrir caminos de esperanza en cada uno de ellos.
La experiencia de los especialistas en administración, tratamiento y seguridad se convirtió en parte fundamental para el manejo de la situación crítica presentada en los 68 establecimientos penitenciarios, exigiendo al máximo su profesionalismo e identidad con la institución, llegando a exponer su propia integridad y vida.
Nadie tenía idea, ni remotamente el alcance mortal de este virus. La ciencia hace su mejor esfuerzo para encontrar la vacuna inmunizadora, la sociedad se tiene que adecuar a las estrictas precauciones y el INPE participa comprometiéndose a velar con los medios que tiene a su alcance para salvaguardar debidamente los derechos humanos de los hombres, mujeres, niños y niñas en los centros carcelarios.
La intención de este comentario es incentivar a los actores que han sufrido las consecuencias del coronavirus, para que puedan compartir su experiencia en crónicas personales, y lo hagan pensando que con su aporte estarán ayudando a enfrentar momentos tan complicados como los que ellos han vivido.
Recordemos que la esperanza puede ser una fuerza muy poderosa.
Instituto Nacional Penitenciario
Vía Gob.pe
