Equinoccio: la luz y la oscuridad en equilibrio
Hoy se ha producido un equinoccio. ¿Te has preguntado alguna vez por qué se menciona tanto el día de equinoccio en las noticias de cada año?, ¿por qué ese día es tan especial?
La palabra equinoccio viene del latín aequinoctium y significa “igual noche”, pero realmente se refiere a que en ese día la duración de la iluminación solar y la duración de la noche son aproximadamente iguales, es decir, es un día de equilibrio entre la luz y la oscuridad. Esto es causado por el efecto combinado de la inclinación del eje terrestre y el movimiento de traslación de la Tierra alrededor del Sol.
En la época del glorioso Imperio inca, el equinoccio también fue un día especial. El escritor Inca Garcilaso de la Vega, en sus famosos Comentarios Reales, menciona que los sacerdotes usaban pilares verticales ricamente labrados que eran plantados en el suelo para prestar atención a la sombra que producían cuando eran iluminados por el Sol. En particular, los incas se fijaban en el camino que hacía la punta de la sombra a lo largo del día. Resulta que, en el día de equinoccio, este camino sobre el suelo era una línea recta.
Estos pilares, según Garcilaso, estaban regados por todo el Tahuantinsuyo. Además, menciona que en la ciudad de Quito (que formaba parte del imperio Inca en esa época) se encontraba la más importante y venerada. ¿Por qué? Porque se dieron cuenta de que además de la línea recta trazada por la sombra, el pilar no proyectaba sombra a mediodía. Todo un acontecimiento. Ahora sabemos que esto se producía porque dicha ciudad posee latitud geográfica casi igual a cero, prácticamente en la línea ecuatorial terrestre.
El día de equilibro no siempre se produce el mismo día en cada año, ello debido al efecto combinado de varios factores. Uno de ellos es el movimiento de “bamboleo” del eje de rotación de la Tierra. Este movimiento es conocido en astronomía como precesión. Los que hemos jugado alguna vez con un trompo con huaraca recordamos el clásico movimiento de bamboleo del trompo antes de caer, en donde la orientación del eje de rotación del trompo va cambiando. Nuestro planeta también realiza un movimiento similar, solamente que, en vez de durar unos segundos como en el caso del trompo, demora 25 000 años aproximadamente. Según los historiadores, el astrónomo griego Hiparco de Nicea, hace ya más de 2000 años, fue el descubridor de que en cada fecha de equinoccio el eje de la Tierra “apuntaba” a otra dirección del cielo.
El día de hoy, así como en la época inca y siguiendo con su legado, también prestamos atención al día de equinoccio. Quizás no de igual forma, pero sí usándolo como un medio e instrumento especial para enseñar ciencias e historia a las nuevas generaciones de futuros científicos peruanos. IGP: «Ciencia para protegernos, Ciencia para avanzar».
(Columna publicada en Diario Correo Arequipa)
Vía Gob.pe
