Conoce el árbol que le devolvió la esperanza de vida a una comunidad de Cañete

Peru noticias

Nunca antes el florecimiento de una planta fue tan esperada y celebrada por los habitantes de la comunidad campesina San Lorenzo de Alis, del distrito del mismo nombre, en la zona norte de la provincia de Yauyos, perteneciente a la cuenca del río Cañete, en el departamento de Lima.

Y es que el brote de las primeras plantas del ancestral árbol de lloque despertó gran entusiasmo en la población, pues para ellos eso simboliza la esperanza de recuperar sus bosques nativos. Ver cómo la cubierta de las semillas se abrían y brotaban los primeros tallos dibujó sonrisas en los rostros de las familias de ese lugar que está dentro de la Reserva Paisajística Nor Yauyos, Cochas.

Tras varios intentos de hacer germinar la planta de dicha especie vegetal a lo largo de casi un año, estuvieron a punto de tomar otros caminos en sus actividades agrícolas en esta zona del Bosque de Lloclla, lugar donde en los últimos años se ha registrado una notoria disminución de la cantidad de árboles nativos de lloque y chamana, especies que cumplen importantes funciones ecológicas.

Dichos árboles regulan el clima, previenen la erosión de los suelos y almacenan grandes cantidades de agua, que, tras el proceso de filtración por la tierra, alimenta los manantiales y puquios que benefician a la comunidad y a todos los usuarios de la cuenca del río Cañete.

Por efecto del cambio climático, que se manifestó con temperaturas extremas de frío y calor, las semillas del árbol dispersadas naturalmente no se pudieron reproducir quedando el bosque en riesgo de extinción. Esta situación preocupó y puso en riesgo a los comuneros no solo porque se estaban quedando sin bosques, sino también porque, además, empezaba a escasear el agua.

Apoyo del Minam

En este contexto, aparece el apoyo del Proyecto de Mecanismos de Retribución por Servicios Ecosistémicos (Merese-FIDA) del Ministerio del Ambiente (Minam), que viene trabajando en la cuenca del río Cañete involucrando a distintos actores, especialmente a los grupos comunales de la parte alta, quienes desarrollan acciones de conservación y recuperación de ecosistemas altoandinos como pastos naturales, bofedales y bosques nativos.

“Hace años, la planta de lloque se propagaba de forma natural y con mucha más frecuencia. Eso ya no lo vemos. Por ello tomamos la medida de urgencia de designar al Bosque de Lloque como zona estricta de protección”, refiere Juan Carlos Bejarano, comunero de Alis.

La especie nativa de lloque es muy poco conocida y escasa. La existencia de información es casi nula, especialmente sobre su proceso de reproducción, razón por la cual les costó mucho a los comuneros de Alis obtener los plantones para sembrarlos.

Proceso de repoblamiento

En el proceso de repoblamiento vegetal participaron las 115 familias de la comunidad, que se organizaron y empezaron la primera labor: la recolección de semillas, actividad que demandó gran esfuerzo de los pobladores que tuvieron que hacerla manualmente. Luego se establecieron los semilleros en el vivero forestal comunal de 1000 m2, que también fue recuperado tras varios años de abandono.

Conseguir los primeros plantones tampoco fue tarea fácil, pues al ser un cultivo nuevo para ellos y no tener información sobre los cuidados de las semillas para su germinación, les tomó casi un año obtener las primeras plantas. Descubrir la temperatura adecuada, la cantidad de agua exacta o el tiempo de exposición a la luz fueron retos que tuvieron que superar durante este periodo.

El proceso de plantado también se realizó de manera colectiva, cumpliendo sus tradiciones ancestrales. Provistos de galoneras con agua, las mujeres y hombres de la comunidad se internaron en el bosque y sembraron los plantones para el repoblamiento del bosque.

Lelis Ávila, presidente de la Comunidad Campesina de San Lorenzo de Alis, señala que para preservar el crecimiento de los plantones se estableció la zona como reservada, evitando que los animales se desplacen por el lugar.

Gracias a estas acciones, ahora el Bosque de Lloclla cuenta con más de 60 hectáreas de árboles de lloque, que durante el invierno absorben agua que luego se devuelve a la naturaleza en las épocas de estiaje.

Además, el árbol proporciona madera de buena calidad, la misma que los comuneros utilizan para, entre otras cosas, fabricar artesanalmente instrumentos de labranza como picos y chaquitacllas, que emplean en la preparación de las tierras de cultivo.

Los comuneros de San Lorenzo de Alis son agricultores que se dedican al cultivo de la tierra, actividad heredada de sus antepasados, para quienes el árbol de lloque era muy importante. La experiencia les ha enseñado que de aquella planta depende toda clase de vida en la zona.

El sueño de Yaveli Gálvez, habitante de la comunidad, es que en diez años todos los plantones se desarrollen en un cien por ciento y que el proyecto culmine exitosamente. Su anhelo es que la zona sea frecuentada por los turistas y conozcan la exitosa experiencia de preservación del Bosque de Lloclla y los árboles de lloque. Y quiere que todo el mundo conozca que gracias a estas actividades que están realizando los comuneros de San Lorenzo de Alis, todos los pobladores de la costa cuentan con agua para sus cultivos, sus animales y para el consumo en las grandes ciudades.

El dato:
- A la fecha, el Proyecto Merese-FIDA viene trabajando en actividades de conservación en cerca de 14 mil hectáreas de ecosistemas en las cuencas de los ríos Cañete y Jequetepeque, beneficiando de manera directa a más de 1500 familias, además, de promover iniciativas de empoderamiento local para alcanzar la gobernanza del agua y conservación de ecosistemas protagonizado por actores locales.

- Yauyos tiene una geografía de diversos pisos ecológicos, profundos cañones, altas montañas y ríos torrentosos, que los antiguos pobladores de épocas preincaicas supieron dominar.



Vía Gob.pe

Le puede interesar:

A participar del Simulacro Nacional Multipeligro 2024

Comunicado

Incautan más de 230 kilos de droga en Pachacutec de Ventanilla