Apolo da paso a Artemisa

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Por: Nobar Baella, investigador científico del IGP

Ayer se cumplieron 51 años de la salida del hombre de su planeta madre para pisar por primera vez su satélite natural: la Luna. Este hito se llama Apolo 11 y marca un antes y un después en la historia evolutiva de nuestro planeta.

Años antes de la famosa misión, uno de los mayores temores de la NASA era que la nave que alunizara se hundiera completamente en la superficie lunar. En ese aspecto, en 1965, el Instituto Geofísico del Perú (IGP), mediante su Radio Observatorio de Jicamarca, consiguió ayudar a resolver las dudas sobre la consistencia del suelo lunar. Para ello se realizaron una serie de experimentos usando ondas de radio emitidas desde suelo peruano hacia la Luna. Todo esto cuatro años antes del famoso alunizaje.

Otros detalles amenazaban la misión. Por ejemplo, existía la posibilidad de que rayos cósmicos de alta energía resetearan los chips de memoria de las naves y los dejaran inutilizables. Se requirió encontrar otra alternativa para ello, pero ¿cuál? La solución fue “tejer” memorias a mano. Con cables y pequeños imanes con forma de anillo se tejieron en código binario (como modernos quipus) los telares que contuvieron los programas que controlarían el sistema de navegación de la misión: cable que pasa por el centro del imán vale uno, cable que no pasa por el centro del imán vale cero. Así de simple.

Después del Apolo 11 continuaron las siguientes misiones hasta la misión Apolo 17, la cual se constituyó como la última que consiguió realizar una caminata sobre suelo lunar en el año 1972. Fue justo esta misión la que llevó a la Luna y trajo de vuelta una pequeña bandera peruana, además de muestras de roca lunar, las que fueron obsequiadas al Perú por el gobierno de los Estados Unidos y reposan juntas en las instalaciones de la biblioteca municipal de Lima.

En enero de 2019, 50 años después de la misión Apolo 11, como resultado del programa chino de exploración lunar, los humanos consiguieron hacer alunizar por primera vez en su historia una sonda exploradora en la “cara oculta” de la Luna. El próximo paso se realizará con el programa Artemisa de la NASA, el cual proyecta, como ellos mencionan, una presencia sostenible a largo plazo en la Luna e inclusive en la órbita lunar. Su primer objetivo es colocar la primera mujer en la Luna en el año 2024.

La necesidad e impulso de explorar nuevas fronteras está escrito en el ADN de nuestra especie. Es una cuestión de supervivencia. Así, salir de nuestro planeta nativo será el próximo paso decisivo para definir el futuro de nuestra especie. Nuevas aventuras de exploración espacial nos esperan, y así como se hizo en su momento con las misiones Apolo, nuestro país también proporcionará su aporte científico en el esfuerzo conjunto de la humanidad por alcanzar las estrellas.

IGP: «Ciencia para protegernos, Ciencia para avanzar».

(Publicado en Diario Correo)



Vía Gob.pe

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