Madres adolescentes del hogar Domi del Inabif se capacitan con talleres productivos
Entre hilos de colores y patrones de bordados, 30 madres y gestantes adolescentes albergadas en el Centro de Acogida Residencial (CAR) Domi del Inabif, se concentran para lograr lindos bordados de punto cruz en tela cañamazo o lino, que luego se convertirán en bolsitas aromatizadoras, detalles en mandiles, bolsillos, toallas y otros productos de calidad.
“Los acabados son muy finos, decorativos y despiertan admiración por la habilidad de las adolescentes”, comenta Virginia Cárdenas, presidenta de Avinabif, y añade que esta capacitación les será de mucha utilidad para que puedan insertarse laboralmente en el futuro.
Angi, de 16 años, nos muestra sus trabajos y asegura que desde marzo logró concluir tres apliques de flores y estrellas: “Cuando bordo me concentro solo en eso y estoy feliz porque cada vez aprendo más. Bordar te enseña a ser ordenada”, afirma.
Las “mamás voluntarias” como cariñosamente las conocen en los ocho CAR donde apoyan, hicieron posible un taller de biohuerto en Domi, donde las menores de edad han aprendido a cuidar y mantener las plantas.
Las jovencitas están felices porque su biohuerto ha empezado a producir apio, cebolla china y diversas plantas aromáticas que dan sazón a los alimentos preparados en el CAR: “El año pasado lograron sembrar, cuidar y cosechar brócoli, tomate, pepinos, apio y lechugas”, dice la voluntaria.
Sofi, de 17 años, es una de las residentes que con entusiasmo deshierba y ordena las plantas que han sido sacadas de su sitio por el viento o al momento de regar. “Me gusta mucho aprender a cosechar y cuidar el huerto. Ahora ya sé cuánto tiempo toma cada planta y cómo quitarle los bichos para que no se pierdan las hojas”, cuenta con una gran sonrisa.
En el CAR Domi, que funciona en convenio con la Congregación Religiosa del Buen Pastor y el Inabif, las adolescentes disfrutan de una serie de actividades que contribuyen a su desarrollo personal, a reforzar su autoestima e incentivar sus talentos artísticos, logrando con ello que se mantengan emocionalmente estables.
Todas las actividades desarrolladas con las madres adolescentes, contribuyen también al cuidado amoroso y sensible que sus hijos e hijas necesitan para crecer felices.
Vía gob.pe
